Descubriendo Aachen

Como bien adelanté el sábado, el domingo tocó visitar Aachen (Aquisgrán en castellano). Desde que Jose María llegó a la empresa escucho hablar de esa ciudad cada 15 minutos pero ayer me dí cuenta de que el chaval hablaba con todo uso de razón.

Nos levantamos tempranito porque el tren tarda unas dos horas y media en llegar a la ciudad. Aachen es uno de esos territorios de leyenda, un pedacito de historia que te hace recordar que lo que tu profesora de latín te contaba era cierto (nunca dudé de Chicha pero ver la tumba de Carlo Magno en directo es mejor que verla en el cuaderno de clase). 15 minutos después de llegar a Aachen nos encontranos con JM de casualidad así que comenzó nuestra visita turística.

La primera parada consistió en presentar nuestras credenciales al gran mounstruo protector de la ciudad. Según la leyenda, si un extranjero se acercaba a los alrededores de Aachen por la noche, el agradable animalito le arrancaba la cabeza así, sin más, hay que ver que falta de consideración con los que somos de fuera...

Un poco más cerca, subiendo una pequeña cuesta en dirección al corazón de la ciudad se encuentra una encantadora niña portadora de una galleta llamada Printen. (son un clásico de la zona pero parecen más ricas de lo que son y su olor a especias es muy particular, las de chocolate están riquísimas).

Como la galleta de la niña casi es más grande que la propia niña en cuestión y como no habíamos desayunado demasiado nos ofrecimos a hacerle un pequeño favor y a rebajarle la carga ;).

Después llegó el tiempo de visitar la catedral y la tumba de Carlo Magno. Según nos cuenta la wikipedia Aachen fue la ciudad donde Carlomagno instaló su gobierno, y donde finalmente moriría, convirtiéndola en el centro cultural cristiano más importante del momento. La Lonely Planet comienza su definición así: Tras las campañas del norte, las victoriosas legiones romanas curaron sus heridas de guerra y sus entumecidas articulaciones en las humeantes aguas termales de Aquisgrán.

Escojáis la entradilla que escojáis, la verdad es que la ciudad tiene mucho encanto y su catedral impresiona tanto por dentro como por fuera. (un dato curioso: la sábana santa también está en esta catedral y cada cierto tiempo se muestra al público).

En torno a la Dom (catedral en alemán) giran un montón de historias, una de las más narradas es la siguiente: Se cuenta que la rapidez con la que acabaron la catedral de Aachen fue gracias a un pacto con el diablo. A cambio éste se llevaría la primera alma que entrase por la puerta, pero cuando llegó el día todo el pueblo se asustó y decidieron meter a un lobo. El demonio saltó sobre él y le arrancó el alma (Dentro hay una estatua representando a un lobo con un hueco en el pecho). Al darse cuenta del engaño, el diablo salió de la catedral y del cabreo que llevaba dio un portazo (que dio lugar a una grieta en la fachada) dejándose un dedo dentro de uno de los leones que hay en la puerta.

Muy cerquita de la catedral hay una fuente llamada Puppenbrunnen (fuente de los muñecos) que como bien indica su nombre, está llena de muñecos con los que puedes jugar y dar rienda a tu imaginación puesto que están articulados. Cada muñeco representa una característica propia de la ciudad por lo que nos encontramos con un profesor (Aquisgrán posee una de las unis más prestigiosas de la ciudad), máscaras (el carnaval también es importante), un clérigo (por lo de la catredral, sábana y sepulcro del señor Magno), un caballo (la hípica es muy importante en esta ciudad) etc.

Os dejo una foto muy graciosa para que os hagais una idea de la fuente. Buscando por internet me he encontrado con que en Düsseldorf hay una parecida así que cuando pase por allí la buscaré para compararlas. Quizás haya más por toda alemania..

La visita continuó callejeando por el centro y terminamos comiendo en un turco regentado por un amigo de JM. Después seguimos de ruta por la ciudad bordeando el segundo anillo (se me olvidó comentar que Aachen está edificada en base a dos anillos como casi todas las ciudades alemanas...) y más tarde pusimos rumbo de regreso a Bochum.

Una lástima que los domingos la fábrica de Lindt no estéabierta!! así que no hay más remedio, tendré que volver...