sábado, 4 de abril de 2009

La Visita

Durante la feria de ProWein me preguntaron muchas veces qué era lo que echaba más de menos. La verdad es que nunca contestaba o respondía un simple y austero la comida. Mentira, todo mentira...

Aunque la comida de este país bien merece un post especial (que algún día escribiré) supongo que una de las cosas que más echo de menos es a una estantería. Pero no una estantería cualquiera sino una de esas que sólo se venden por catálogo y que bajo su referencia aparece una breve leyenda: estantería portable que aparece y desaparece según la temperatura de la habitación, muy cómoda y sin esquinas de esas que siempre gusta redecorarlas constantemente.


Hace un par de semanas me la trajeron pero tuvo que regresar a Madrid porque todavía no había pasado todos los controles reglamentarios de la UE. Mi gran sorpresa llegó ayer, por la noche, cuando a la una de la madrugada me llamaron los de UPS para decirme que mi paquete estaba de vuelta. Así que ahí lo tenía, mi estantería aparecía debajo de mi ventana a horas intempestivas...


Bajé a por ella corriendo (no fuera a ser que alguien se la llevara) y una vez recuperada del shock planeé todo el fin de semana lejos de grandes almacenes y de lugares como Ikea (es que esta estantería es muy sensible).

La primera parada ha sido el museo de minería de Bochum allí aprendimos el saludo por excelencia de los mineros: Glück auf amigos! que en castellano viene siendo algo así como Buena salida!. La parada es obligada si te pasas por Bochum puesto que a pesar de que como ya sabeis vivo en una ciudad puñeteramente fea tiene sus encantos, y este es uno de ellos.
Creo que la visita dura unas dos horas así que ir con tiempo porque hay un millón de cosas por descubrir en este museo.

De entrada, la tienda de recuerdos es relativamente barata, (se me ha olvidado comentar que la entrada vale 3 euriños). Una vez superado el momento consumista llega la hora de bajar a las profundidades (llevaros un jersey porque hace rasca) y descubrir como funciona una auténtica mina. Las galerías están llenas de máquinas gigantes que te muestran las distintas formas de escabar la roca para conseguir carbón. El único problema que he visto ha sido que si eres muy alto vas a salir con dolor de espalda porque parece ser que este trabajo es para bajitos...


Después del paseo por las profundidades toca subir a lo alto de la torre y admirar las vistas de la ciudad. Bochum tiene un planetarium, un zoológico, un castillo, un estadio con un equipo en primera división...(ya os iré contando, ya...) y por último hay cuatro salas de exposición que explican todo el entramado histórico del mundo minero. (que rudos eran estos señores!!).

Tras tanta cultura y ejercicio físco nos entró el hambre, hay que destacar que enfrente del museo hay un Aldi (es el super más barato de Alemania) pero eso de los supers es tema ya para otro día...

Pd: Mañana nos vamos a Aachen a ver a Carlo Magno y a comprarnos chocolates Lindt!


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